Sr. Alcalde

…Hoy me he dado una hora de margen de seguridad para llegar cómodamente a la oficina, leer los emilios y ordenar papeles, y he llegado, por los pelos, con la lengua fuera y agobiado.

La razón: Su Ayuntamiento (pues solo es, al parecer, mi Ayuntamiento para pagar impuestos) se ha puesto a jugar a las obras en la unión de la Carretera de la Playa con la Autovía de Colmenar. Que por cierto, ya era la única vía que me quedaba para llegar al trabajo sin tener que, como ahora, hacer causa común con mis compañeros y ponerle a parir, quejarme, lamentarme… ajo y resina.

Pues bien, Sr. Alcalde, con independencia de lo bonita que le quede la ciudad o lo fluido que esté el tráfico dentro de tres años (pues supongo que para las próximas elecciones tendrá terminado lo que tenga en la cabeza), mis compañeros y yo, curiosamente cercanos a la cuerda en que usted y su partido se mueven (pues somos gente seria, preocupada por nuestro país, etc., etc.), hemos decidido negarle a usted nuestro apoyo en las próximas elecciones. ¿Sabe por qué? Porque las cosas se pueden hacer de otra manera, sin molestar a los ciudadanos; porque tenemos, cada mañana, que buscarnos la vida para conseguir dejar a los niños en los colegios y llegar a tiempo a los trabajos (y eso no nos lo resuelve el transporte público) y porque en definitiva todo este lío que está usted montando sin contar con nuestras necesidades, resulta que lo pagamos de nuestro bolsillo, directamente en impuestos e indirectamente con los gastos que nos está ocasionando su falta de previsión (o peor aún, su soberbia) y la poca delicadeza que demuestra para con este ciudadano (y los que se unan porque piensan igual).

Espero que su partido reflexione y no esté usted al frente de la próxima lista al Ayuntamiento. Es más, espero que su partido reflexione y no esté usted al frente del Ayuntamiento el próximo curso escolar. Caso contrario, esperaré pacientemente hasta las elecciones y, como mínimo, me daré el gustazo de darle su oportunidad a otro.

Creo, Sr. Alcalde que, por cada “cliente” que capta pierde tres, y eso, Sr. Alcalde, si no se cura con mala memoria, me parece un negocio ruinoso.