Telediario. Edición última del Miércoles 19. La presentadora, en las cabeceras, nos cuenta que el juez Pedraz ha ordenado la búsqueda y captura internacional de la tripulación del tanque que disparó contra el cámara de Tele5 y de uno de sus mandos.
Poco antes, en el Teletexto de la Primera, había leído que la fiscalía se opondría a la orden. Así que, por esta vez, decidí quedarme a ver la noticia entera, pues me extrañó que no comentaran esto último en la cabecera y me extrañó, más aún, que pudieran no haberse enterado de ese detalle.
Por fin encaran la noticia. Durante cinco minutos, con paciencia, nos explican lo malísimos que son los americanos y muestran a la familia en una rueda de prensa, alabando la decisión del juez. Cerrando la noticia, la abogada de la familia nos cuenta lo difícil que será que esta orden prospere y, por último, de pasada, que la fiscalía se opondrá.
En resumen, nuestra ración de adoctrinamiento diario que creo no hace bien a nadie e incluso hace mal a muchos.
No comprendo como Bush no ha llamado a Za aún.
21.10.05
20.10.05
Ebro 1938
Me cabrea leer libros así (Ebro 1938, Inédita Editores, A. Besolí, D. Gesalí, X.Hernández, D.Íñiguez, J.C. Luque. ISBN 84-96364-27-5). Pensé que con el tiempo transcurrido, y pese a ser catalanes, estaban escribiendo sobre historia y tratarían de ser fieles a ella.
Me explico. El libro está perfectamente documentado (aunque Doctores tiene la Iglesia y alguien dirá si hay o no errores en los datos), pero está deficientemente interpretado. Y vuelvo a explicarme:
El libro está lleno de topicazos y se limita a explicar la derrota republicana en términos de aplastante superioridad técnica y militar por parte del bando al que llaman "fascista".
Llamar al otro bando "fascista" es de inicio un topicazo. En el Ebro se enfrentaron fascistas italianos, nacionalsocialistas alemanes, falangistas, tropas musulmanas, ultra católicos y españolitos de a pié que por allí pasaban contra comunistas, socialistas, anarquistas, demócratas de toda la vida, y otro montón de españolitos del otro bando que también pasaban por allí (es decir, gentes que tuvieron que luchar sin tener más posibilidades). Esa realidad es la que propició animaladas por los dos lados. Ya las había provocado y me consta que siguió provocándolas después. Los mismos autores que llaman fascistas a los de un bando no llaman comunistas a los del otro, pese a afirmar que solo un comandante de división no pertenecía al PCE.
A estas alturas, insistir en que Rojo era mejor general que Franco o que su Estado Mayor era mejor que el otro no deja de ser otro topicazo, y el análisis debería ir más a averiguar por qué se produjo la ofensiva desde el punto de vista político que desde el militar. Uno lee la obra y sale pensando que el bando que ganó era una pandilla de animales que con total desprecio de sus componentes y solo con la obcecación de sus mandos envío al matadero a algunas decenas de miles de soldados. El otro bando, al parecer, estaba formado por sesudos estrategas e increíbles tácticos que plantearon una batalla que no pudieron ganar por falta de medios. Me pregunto. El sesudo bando que planteó una batalla que no pudo ganar...¿planificó su logística?, ¿fijó los objetivos políticos de su ofensiva?...Si trataba de alargar la guerra para que comenzara la europea...¿quién envió al matadero a decenas de miles de soldados?.
No dudo que la investigación sobre lo sucedido en el aire vale su peso en oro, siempre y cuando resista la comparación con otros análisis de la guerra en el aire sobre el Ebro, pero solo la valoración de las obras utilizadas como bibliografía es bastante tendenciosa. Me llama poderosamente la atención que descarten la obra de Alonso Baquer, M. (El Ebro, la batalla decisiva de los 100 días, La Esfera de los Libros, Madrid, 2003), descartándola por no ofrecer nada novedoso. ¿Nada?. Creo que explica perfectamente las dos escuelas de pensamiento militar que se enfrentaron en la batalla, pero eso es lo peligroso...parece indicar que el bando vendedor obedecía a una estrategia clara que, bien conducida, les condujo a la victoria.
En resumen, me cuesta bastante recomendarlo, claro que...¿quién soy yo ante tan eminentes historiadores?
Me explico. El libro está perfectamente documentado (aunque Doctores tiene la Iglesia y alguien dirá si hay o no errores en los datos), pero está deficientemente interpretado. Y vuelvo a explicarme:
El libro está lleno de topicazos y se limita a explicar la derrota republicana en términos de aplastante superioridad técnica y militar por parte del bando al que llaman "fascista".
Llamar al otro bando "fascista" es de inicio un topicazo. En el Ebro se enfrentaron fascistas italianos, nacionalsocialistas alemanes, falangistas, tropas musulmanas, ultra católicos y españolitos de a pié que por allí pasaban contra comunistas, socialistas, anarquistas, demócratas de toda la vida, y otro montón de españolitos del otro bando que también pasaban por allí (es decir, gentes que tuvieron que luchar sin tener más posibilidades). Esa realidad es la que propició animaladas por los dos lados. Ya las había provocado y me consta que siguió provocándolas después. Los mismos autores que llaman fascistas a los de un bando no llaman comunistas a los del otro, pese a afirmar que solo un comandante de división no pertenecía al PCE.
A estas alturas, insistir en que Rojo era mejor general que Franco o que su Estado Mayor era mejor que el otro no deja de ser otro topicazo, y el análisis debería ir más a averiguar por qué se produjo la ofensiva desde el punto de vista político que desde el militar. Uno lee la obra y sale pensando que el bando que ganó era una pandilla de animales que con total desprecio de sus componentes y solo con la obcecación de sus mandos envío al matadero a algunas decenas de miles de soldados. El otro bando, al parecer, estaba formado por sesudos estrategas e increíbles tácticos que plantearon una batalla que no pudieron ganar por falta de medios. Me pregunto. El sesudo bando que planteó una batalla que no pudo ganar...¿planificó su logística?, ¿fijó los objetivos políticos de su ofensiva?...Si trataba de alargar la guerra para que comenzara la europea...¿quién envió al matadero a decenas de miles de soldados?.
No dudo que la investigación sobre lo sucedido en el aire vale su peso en oro, siempre y cuando resista la comparación con otros análisis de la guerra en el aire sobre el Ebro, pero solo la valoración de las obras utilizadas como bibliografía es bastante tendenciosa. Me llama poderosamente la atención que descarten la obra de Alonso Baquer, M. (El Ebro, la batalla decisiva de los 100 días, La Esfera de los Libros, Madrid, 2003), descartándola por no ofrecer nada novedoso. ¿Nada?. Creo que explica perfectamente las dos escuelas de pensamiento militar que se enfrentaron en la batalla, pero eso es lo peligroso...parece indicar que el bando vendedor obedecía a una estrategia clara que, bien conducida, les condujo a la victoria.
En resumen, me cuesta bastante recomendarlo, claro que...¿quién soy yo ante tan eminentes historiadores?
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