3.11.05

Teoría Conspiratoria

Las guerras las comienzan los políticos; estos señalan el marco de actuación a los militares. Estos a su vez, reclutan personas en función de las necesidades. Sea como sea, los que terminan muriendo, con o sin galones, no son sino ciudadanos que, hasta unos meses antes, nada les iba en este juego y, con altísima probabilidad, ni siquiera tenían claro que odiaban al enemigo.

¿Qué es, entonces, lo que impulsa a un madrileño a abrirle la crisma a un catalán? (O al contrario).

Mi “Teoría Conspiratoria” dice que nuestros políticos (a través de los medios de comunicación que les son afines), están creando las bases para que unos a otros nos rompamos la crisma.

Decía Gastón Bouthoul (Tratado de Polemología, Ediciones Ejército, Servicio de Publicaciones del E.M.E., ISBN 84-500-9615-4) que, “en tiempos de paz la noción de amigo y enemigo, lo mismo que la noción de extranjero, tiene matices”. Pero en tiempo de guerra no, entonces, lo blanco es blanco, lo negro es negro y te mato porque te toca.

¡¡Ojalá me equivoque!!, pero tengo la extraña impresión que los catalanes hace algún tiempo que se han dejado de matices y se nos han polarizado en un todo o nada. Por lo tanto, sus políticos no están cumpliendo con su deber.

Y no digo que no sean distintos. Yo soy más distinto que nadie, y me aguanto.

No dejo de preguntarme si todos los intentos de esos politiquillos están buscando una respuesta de nuestra sociedad que justifique una agresión de la sociedad catalana “en defensa propia”.

No dejo de olvidar que Maquiavelo recomendaba alguna que otra guerra para distraer a las naciones de sus problemas internos…y creo recordar que en Catalunya (¿?) había muchos.

El mensaje que me queda es siempre que “Si Madrid me lo niega, Madrid me agrede” y de no aprobarse el estatuto, tendría “consecuencias inimaginables”.

¡¡Qué carajo!!. Si no se aprueba el estatuto, se podrá romper la coalición que allí gobierna, o la que gobierna España, y promoverse nuevas alianzas o deshacer las Cortes y convocar elecciones… y eso es previsible, y es precisamente la base del juego democrático ¿no?

Todo el que se opone al estatuto es inmediatamente tildado como “fascista”, sin matices.

Me pregunto: Si nos liamos a garrotazos. ¿Alguien ha descontado ya su 3%?

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